Cuando no eres una persona muy religiosa (por hablar en general) como yo, la navidad es simplemente una reunión familiar mas como cualquier otra celebración mas donde el invitado de honor es un árbol plástico que echa raíces entre cajas y bolsas cubiertas con papel de color rojo y verde. Y digo esto desde una perspectiva bastante personal. Yo creo que la navidad como fiesta popular esta dedicada única y exclusivamente para los niños o los que de buena manera conservan ese espíritu infantil, esa inocencia que te da la facilidad de sonreír ante un simple adorno que en otro mes del año te parecería estupido. Me asombra y de cierta forma admiro a la gente que aun se alegra, que se emociona y vive de una manera especial estas fechas. Admiro esa capacidad de poder crear un ambiente diferente simplemente porque el calendario siguió su curso natural y llego como todos los años a su décimo segundo mes. Y los admiro porque carezco de ese instinto que se activa al ritmo de algún villancico.
A veces trato de entender y/o descubrir cual es el origen de esta reacción natural (en mi) de ponerme triste en estas fechas, melancólico, pensativo. Por cosas de la vida no he perdido a algún familiar cercano, no hay ausentes, no me falta nada (vital, esencial o básico), no sufro alguna enfermedad o nada por el estilo que pueda justificar este estado emocional. En verdad no lo se y creo q nunca lo voy a saber.
Una de mis teorías (digo teorías porque son básicamente especulaciones) es que siento mucha hipocresía en la gente, cosa que me irrita mucho. No me explico porque en estas fechas a la gente le aflora (repentinamente) un espíritu caritativo que anduvo oculto los otros 11 meses. Es como si recién llega el fin de año y se acuerdan que hay gente con necesidades, que hay gente con menos dicha o peor suerte. Acaso esas personas no tenían el mismo estilo de vida durante los meses anteriores. Ejemplo: Una monjita sale en la tele a pedir que por favor no sigan enviando donaciones al orfanatorio, que mejor las envíen los siguientes meses porque los niños ya tienen suficiente panteón y chocolate para el mes pero en enero algunos mueren de hambre.
Con toda la sinceridad del mundo puedo afirmar que no soy una persona bondadosa, es mas, hasta en algunos aspectos soy bastante egoísta. Pero creo ser conciente y considerado con las personas que conozco y sobre todo con los que me interesan. Si alguna vez he participado en este tipo de actividades lo he hecho más por compromiso que por iniciativa propia. No puede negar que existe una satisfacción diferente haber sido parte importante o efímera en la alegría de otra persona, pero me parece de mal gusto esperar hasta estas fechas para recién hacerlo. La gente siempre necesita alegría, no solo en navidad. Eso parece que muchos no lo entienden o no lo quieren ver. Definitivamente no soy una voz autorizada para decir esto ya que no colaboro casi nunca, pero al menos no soy ningún hipócrita.
Otra de mis teorías, es que los motivos parten básicamente desde la naturaleza egoísta y egocéntrica de la persona. Creo que en estas fechas me acuerdo más de las cosas que faltan de las cosas que tengo. Como que no existe una balanza, simplemente la negativismo me invade y nubla dejándome en claro lo vulnerable, lo solitario, lo pesimista y malhumorado que soy.
Unas de las cosas diferentes este año en particular es que me he esmerado en conseguir los mejores regalos a las personas que mas quiero. No necesariamente lo de mejor tiene alguna proporcionalidad directa con el precio. Cuando los he conseguido he sentido una alegría diferente, porque se que de alguna manera voy a contribuir en brindarle un poco de alegría a esas personas que tanto quiero.
Esta navidad la pasaré de nuevo en familia. La cual cada vez esta mas partida y no porque existan problemas sino porque las personas han seguido su rumbo natural. Mis primos, ya muchos están casados y con hijos, y pasaran la noche bueno en las casas de sus parejas. Mi abuela esta en la clínica, así solo la podremos ver durante el día del 24, regresar a dormir a la clínica y la podremos ver de nuevo el 25. Esta será la primera noche buena sin ella. De antemano puedo asegurar que no va a ser muy bonito. Y después me preguntan porque no me gusta la navidad.
Aun así, desde el fondo de mi ser, con toda la sinceridad que puede salir de mi les deseo a todos unas felices fiestas. Que estén juntos con las personas que mas quieren, que no les falte nada y que la vida les de eso, mas de la misma para cada día ser un poquito mejores.
Sinceramente,