Desde hace días estoy con la intención de escribir algo nuevo para el blog pero no tengo nada mas que contar. He escrito algunas cosas en estos días, pero nada digno de mostrar y publicar. Creo que es el estado de animo y la misma situación que vivo la que no me deja hacer las cosas como uno las quiere y planea. Siento que todo lo que hago no lo hago bien, que las cosas que antes creía que podía controlar y manejar hoy se me escapan de las manos. Nada de lo que escribo me gusta y por ratos siento que la soledad que solía ser cómplice de mis mejores momentos de lucidez y pensamientos no es mas que la culpable de mia mas profundos aburrimientos, tristezas y depresiones.
Días como estos hacen que las ganas de hacer las cosas bien las dejes de lado por el simple hecho de cumplir con las obligaciones básicas y dedicar el tiempo a pensar que estas haciendo mal, cual es la causa y cual la solución. Lo peor de todo es cuando los pequeños detalles se acumulan y no dejan de mortificarte. Hoy fui al banco para cambiar unos datos de mi cuenta (dirección y teléfonos), como no tenia efectivo a la hora de salir decido ir al cajero para retirar dinero para poder almorzar. Sin darme cuenta ingreso mi tarjeta de crédito pensando que era la de débito. Como es lógico las claves son diferente; después de dos intentos fallidos me percate que no era la tarjeta correcta la que había insertado, cuando quiero poner la clave correcta, mi mente entra en un trance total, se me nubla el pensamiento para luego quedar en blanco y no saber que números digitar. Cuando quise reaccionar mi tarjeta de crédito ya había quedado retenida por el banco. Entre de nuevo a plataforma para que resolvieran mi problema, después de unos tramites tengo que volver mañana a recoger una nueva tarjeta. Esta gracia me costo tiempo y el hecho de no almorzar ya que no tenia tiempo ni efectivo para hacerlo, aparte estaba de peor humor y sin apetito.
Estas son las cosas que hacen negro un día gris, que los pocos ánimos y ganas queden sepultadas y solo desees que el día acabe para esperar que amanezca de nuevo pensando que mañana podría ser un mejor día. Yo por mi parte estoy bastante aburrido de cómo están las cosas hoy, ando de mal humor casi todo el día, tengo dolores constante de cabeza y no dejo de pensar cual sería la solución. A veces, haciendo una retrospectiva, me voy cuenta que mi actitud no ayuda mucho (en vardad no ayuda nada), de esta forma siento que le he dado la espalda y he ignorado senda oportunidades de mejora solo por el simple hecho de querer estar solo y recluido en mi mundo.
Hay días en lo que tengo todas las intenciones de hacer las cosas bien, de mejorar, de dar ese paso, de apresurarme a ese cambio, me despierto de buen animo y me levanto de mejor humor, llego con entusiasmo a la oficina y me repito a mi mismo que hoy es el día clave, el día “D”, el punto de quiebre pero lamentablemente hoy no es un día de esos. Hoy quiero que el día ya acabe para ir a mi casa, descansar y publicar este post.
Días como estos hacen que las ganas de hacer las cosas bien las dejes de lado por el simple hecho de cumplir con las obligaciones básicas y dedicar el tiempo a pensar que estas haciendo mal, cual es la causa y cual la solución. Lo peor de todo es cuando los pequeños detalles se acumulan y no dejan de mortificarte. Hoy fui al banco para cambiar unos datos de mi cuenta (dirección y teléfonos), como no tenia efectivo a la hora de salir decido ir al cajero para retirar dinero para poder almorzar. Sin darme cuenta ingreso mi tarjeta de crédito pensando que era la de débito. Como es lógico las claves son diferente; después de dos intentos fallidos me percate que no era la tarjeta correcta la que había insertado, cuando quiero poner la clave correcta, mi mente entra en un trance total, se me nubla el pensamiento para luego quedar en blanco y no saber que números digitar. Cuando quise reaccionar mi tarjeta de crédito ya había quedado retenida por el banco. Entre de nuevo a plataforma para que resolvieran mi problema, después de unos tramites tengo que volver mañana a recoger una nueva tarjeta. Esta gracia me costo tiempo y el hecho de no almorzar ya que no tenia tiempo ni efectivo para hacerlo, aparte estaba de peor humor y sin apetito.
Estas son las cosas que hacen negro un día gris, que los pocos ánimos y ganas queden sepultadas y solo desees que el día acabe para esperar que amanezca de nuevo pensando que mañana podría ser un mejor día. Yo por mi parte estoy bastante aburrido de cómo están las cosas hoy, ando de mal humor casi todo el día, tengo dolores constante de cabeza y no dejo de pensar cual sería la solución. A veces, haciendo una retrospectiva, me voy cuenta que mi actitud no ayuda mucho (en vardad no ayuda nada), de esta forma siento que le he dado la espalda y he ignorado senda oportunidades de mejora solo por el simple hecho de querer estar solo y recluido en mi mundo.
Hay días en lo que tengo todas las intenciones de hacer las cosas bien, de mejorar, de dar ese paso, de apresurarme a ese cambio, me despierto de buen animo y me levanto de mejor humor, llego con entusiasmo a la oficina y me repito a mi mismo que hoy es el día clave, el día “D”, el punto de quiebre pero lamentablemente hoy no es un día de esos. Hoy quiero que el día ya acabe para ir a mi casa, descansar y publicar este post.