Sunday, September 2, 2007

Marena, Pamela y las Cartas (Parte II)

Paso el tiempo y en el último ciclo que iba estudiar ingles (ese mes dejaba el ingles para estudiar en la pre para ingresar a la universidad) me encontré en el mismo salón que Joselyn. Por mas que había pasado un par de años desde la única vez que la había visto, nos reconocimos, ella había crecido bastante, ya había dejado la cara y el cuerpo de niña, me acuerdo que me gusto mucho. Le pregunte sobre su hermana, como estaba, que estaba haciendo, me contó que le iba bien, que había ingresado a la universidad y que estaba estudiando psicología. Intercambiamos datos y al poco tiempo estaba entablando una nueva relación amical con Pamela. Nos llamábamos a diario y pasábamos horas en el teléfono, los fines de semana la llamaba desde la playa, le quitaba el celular a mi papá y en las noches me iba a la orilla del mar a conversar con ella , le encantaba escuchas el mar como música de fondo en nuestras conversaciones.

Así pasamos todo el mes, hasta que el día que regresaba de buscar academias a fines de ese mes (Marzo -2000), ella llamó a mi casa, estaba en al esquina y quería verme. Salí a recibirla y nos fuimos al parque a conversar. No había cambiado, seguía igual de hermosa. Tomó nuevamente sentido el porque me había enamorado de ella años atrás.

Durante toda la tarde y esa noche nos dedicamos a conversar sobre nosotros, que habíamos hecho en esos años sin vernos, en que había cambiado nuestras vidas. Mucha de esa información no era nueva ya que el último mes había hablado de todo pero no importo en ese momento, poco a poco la conversación se torno más personal, al punto que la amistad llegó mayores y nos dejamos llevar por el momento. Pasamos una tarde increíble y por como se dieron las cosas y sobre todo por como quería que se dieran las cosas, los dos entendimos que ese era el inicio de una relación amorosa.

El encanto nos duro poco, el día siguiente la fui a recoger después de sus clases y la acompañe a su casa. Los siguientes días solo hablábamos por teléfono, nuestros horarios y tiempos no concordaban. Lo peor vino cuando su madre no aprobaba las llamadas constantes, cuando ella contestaba no había problema, pero cunado su madre era la que levantaba el telefono tenia que aguantar un sermón previo sobre lo valioso de su tiempo y que mis llamadas perjudicaban sus estudios.

Pasamos más de un mes sin vernos, después de una de las tantas llamadas quedamos en vernos para conversar. Llegue a su casa a la hora pactada, pero ella no estaba, hice tiempo dando vueltas, pero seguían pasando los minutos y ella no aparecía, cuando estaba apunto de irme ella se apareció, fuimos a la puerta de su casa. Me dijo que lo nuestro no iba mas, que era imposible seguir así y que no íbamos a llegar a nada. En verdad era lo que me esperaba y lo que habíamos hablado en el pre-ambulo telefónico, pero aún mantenía las esperanzas de que la situación cambiase para bien, pero no fue así, nos despedimos como amigos y esta vez si nunca más la volví a ver hasta el día de hoy.

Pasó algo mas de un año, yo ya estaba en segundo ciclo de la universidad cuando una tarde regresando de clases mi madre me informa que vino una tal Pamela a buscarme para despedirse porque estaba viajando a Estados Unidos a estudiar y quería despedirse de las personas que conocía. Me dejo un post it con su nombre y numero. En un primer momento quería llamarla, pero lo deje para después, no le preste mucha importancia, días después cuando quise hacerlo el numero ya no estaba, lo había perdido. Nunca la llame, nunca me despedí.

Hubieron muchas cosas que nunca supe y nunca sabré. Después de la despedida navideña años atrás, decidí olvidarme del tema y queme todas las cartas que Marena me escribió (no saben como me arrepiento de haberlo hecho), nunca le pregunte si era ella en verdad la de las cartas, si Marena en verdad existía o era solo el alter ego de esta chica sentimental y expresiva que se escondía en el anonimato para dar rienda suelta a su vena literaria, no lo se y supongo como muchas cosas en esta vida que nunca lo voy a saber.

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