Sunday, September 2, 2007

La Aventura Brasileña

Despues de un fugaz paso por Santiago de Chile y Buenos Aires en Argentina, llegamos a Sao Paulo ,el ultimo destino de la gira pero el que sería el punto de partida de la aventura brasileña. Habiamos salido de lima 15 dias atras para seguir un programa promovido por la universidad de visitas empresariales en estos tres paises. Todo habia transcurrido de la forma como estuvo planeado sin contratiempos ni inconvenientes.

El Miercoles en la noche comenzo el festejo. Era la ultima noche del programa y se organizo una pequeña celebración. Despues de la cena de rigor salimos en busca de diversión la cual nunca encontramos hasta regresar al hotel para que en una habitación nos encerraramos la mayoria a tomar, fumar y celebrar. Al día siguiente habria que tomar un vuelo para regresar a Lima.

Eramos unas 20 personas de las cuales 6 nos quedamos en Brasil. De esos 6, 2 se quedaron en Sau Paulo por motivos personales, los demas nos dirigimos hacia Rio de Janeiro. Este viaje lo habia planeado con Juancarlos (Trux) desde Lima semanas antes de partir. Ibamos a pasar el mejor fin de semana en Rio. Durante las dos semanas del programa nos enteramos que 2 amigas tambien se iban a Rio ese fin y que habian cambio su fecha de regreso a Lima al mismo dia y vuelo que nosotros. En esas dos semanas nos conocimos muy bien y creamos una amistad bastante interesante asi que de alguna manera nos comprometimos a ir juntos a Rio.

El jueves cuando nos despertamos vimos que el grupo ya habia partido y solo nos quedo arreglar nuestras cosas para ir a la estación de buses que nos llevara a Rio. Trux y yo ya teniamos reservaciones en Rio, mientras Vane y Judith estan llendo a ciegas. El camino de Sau Paulo a Rio es de 6 horas en bus. Salimos cerca de medio dia y llegamos a las 6 pm a la estacion de Rio donde ya teniamos un auto que nos esperaba para llevarnos al hotel.

Esa noche salimos alrededor del hotel a buscar algo de comer, ver un poco el ambiente y conocer los alrededores, es asi como llegamos a un centro comercial que estaba ubicado a unas pocas cuadras del hotel. Ahi comimos y pasamos el resto de la noche hasta volver al hotel y planificar lo que sería un fin de semana en Rio.

Al dia siguiente salimos del hotel a caminar por los alrededores, fuimos a la playa, tomamos el metro, fuimos a lo que sería el mercado central, hicimos algunas compras, comimos en el centro comercial cerca al hotel y paramos un taxi que sería nuestro guia y nos llevaría a los puntos mas importantes de la cuidad. Es asi como fuimos a por la Bahia, las playas de Lebron, Ipanema y Copacabana. Nos llevo al mirador y al Cristo Concorvado. Camino por el malecón de la playa nos topamos con un argentino que nos ofrecio un tur por las playas Buzios a un precio especial. Nos esplicó que trabajaba para una agencia y salia a buscar turistas en las playas para ofrecerles los paquetes. De esta forma aseguramos el tur para el dia siguiente.

Esa noche salimos en busca de diversión. Tomamos un taxi y salimos a un zona que nos recomendaron en el hotel. Era un zona bohemia, parecido al barranco limeño, con bares antiguos, bastantes tipicos y con caras poco amigables, con muchos indigentes en las calles, niños limosneros, con viejos timberos en un esquina y putas en otras. No duramos mas de 20 minutos en esas calles para que regresaramos sin penas ni gloria al hotel.

Para el día sabado nuestros planes de ir a buzios se vieron frustados porque las lluvias hacian que el viaje sea imposible, asi que nos ofrecieron cambiar el tur por otro que salia hacia las islas tropicales. Estas islas se encuentran en lado norte de Rio a 2 horas por bus, son populares por estar en medio de un paraje tropical de aguas critalinas, arrecifes, corales y una increible arena blanca. Muchas de estas islas tienen dueños famosos como actores, cantantes, deportistas y politicos.

El paseo fue espectacular, tomamos sol, bebimos cerveza helada, nos bañamos en la tibias aguas, almorzamos en el bote y nos divertimos mucho. Uno de los ultimos punto donde anclo el barco era una playa desierta en una isla tropical, donde los montes verdes convergian con las arenas blancas y las aguas calientes de lo que sería el paraiso estereotipado al común de los seres humanos.

En el bus de regreso al hotel vimos al sol ocultarse y con él nuestras fuerzas hasta caer dorminos y recién despertar en las puertas del hotel. Despues de continuar con el descanzo y su respectivo baño, nos alistamos para salir a festejar ese sabado en Rio. Esta vez tomamos mas precauciones y nos informamos mejor de donde ir a bailar y tomar. Nos recomendaron un buen lugar donde ir, era una discoteca de moda donde la diversión estaba asegurada. Al parecer tenian mucha razón ya que el local estaba tan lleno y habia tanta gente alrededor que no pudimos entrar, en su lugar decidimos preguntar por otro lugar y nos señalaron que a pocas cuadras hacia el lago habia una discoteca tan buena como esa.

Este local quedaba en frente al Lago Rodrigo de Freitas. Una discoteca super moderna y por ende bastante cara. Aún así la pasamos bastante bien. Bailamos, tomamos, fumamos y nos divertimos bastante. A la salida caminamos un poco por el malecon, nos tomamos unas cuantas fotos y tomamos un taxi hacia el hotel.

Al día siguiente salimos a caminar por la playa, habia una pequeña feria en la calle donde hicimos algunas compras, me acuerdo haber comprado algunos recuerdos para regalar a mis amigos y familiares, el resto del día me la pase en hotel, en la piscina para ser mas preciso, mientras los demas fueron de compras y a la playa.

Ese domingo temiamos que dejar el hotel pasado el medio el día, de otra manera nos cobrarían un dia mas y eso ya se escapaba de nuestro presupuesto. Mi viejo ya me habia enviado mas dinero y encima el dinero que estaba destinado a comprar algunos encargos tambien fue destinado a mi consumo.

Nuestro vuelo salia el lunes a las 8am desde el aeropuerto de Guarulos en Sao Paulo, por una cuestion de temor teniamos que salir de Rio en la tarde para llegar antes de que anochesca a Sao Paulo ya que salir de madrugada del terminal es una de las cosas mas peligrosas que hay.

Es asi como tomamos el bus que salia a las 4 para llegar a las 10 pm a nuestro destino y en ese mismo instante tomar un taxi que nos lleve al aeropuerto. Despues de negociar con los taxista por una tarifa flat en lugar de soltar el taximetro, llegamos cerca de media noche a Guarulos.

Habia poco movimiento a esa hora de la noche, algunos negocios ya estaban cerrados y ningún counter estaba atendiendo. Desde las 12 hasta las 5 am no sale ningun avión, asi que no nos quedo otra opción que descanzar el resto de a noche. Por ratos permaneciamos hechados cerca a nuetras maletas mientras que por otros deambulabamos por el lugar viendo los alrededores e instalaciones.

La noche fue bastante larga, ninguno de los 4 pudimos dormir y poco a poco vimos como el sol salia, los negocios comenzaban a abrir sus puertas y los counters comenzaban a atender. Fuimos de los primeros en registrarnos y entrar a la sala de espera para abordar el vuelo. Por cuestiones técnicas el vuelo se retraso un par de horas. Nuestros amigos que regresaron el jueves anterior nos contaron sobre lo mal del vuelo que tomaron, el avion a los 15 minutos de despegar tuvo que regresar porque tenia desperfectos mecaninos, los hicieron abordar dos veces mas para volver a informarles que el vuelo no podia partir. Estuvieron retrasados por mas de 6 horas hasta que pudieron tomar (ya con miedo) el avión de regreso a Lima.

Una vez en el avión, nos separamos, nunca nos despedimos. Vane y Judith se sentaron lejos de Trux y yo. Abordamos sin decirmos una sola palabra, durante el vuelo nunca nos acercamos a conversar y una vez que llegamos al aeropuerto de Lima ya no las volvimos a ver. Fue un viaje bastante raro, la pasamos bien y nuestra amitad nunca transendio mas de los limites establecidos implicidamente por nosotros.
Nos volvimos a ver despues de varias semanas en la universidad pero nunca fue lo mismo. Habia algo raro en esa relacion de amitad que creamos en tierras brasileñas. Aún las recuerdo con cariño y me da cierta lastima que la amistad no haya trasendido en una mayor magnitud. Aún así fue una experiencia que nunca voy a olvidar. Conocí mucha gente, conocí otros aspecto de gente que ya conocia. Siempre se aprende algo nuevo. Yo por mi parte tengo planeado volver uno de estos dias para volver a vivir y revivir mi propia aventura brasileña.

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