Desde que abri este blog mis amigos de cierta forma me apoyaron, facil no necesitaba un comentario escrito pero su apoyo fue bueno al alentarme a seguir escribiendo. Dicen que lo hago con relativo exito, que mis entradas son buenas y que siga por ese camino.
Hoy me tomo la libertad (con previa autorización) de publicar una excelente de carta que Omar (Lahoz) escribio.
Lima 28 de diciembre 2006
Querida mama:
Querida mama:
Ya es tarde. Falta muy poco para que los deje de ver. Ya me despedí de Claudio con un beso cálido en la frente, de ti y tus caricias, de papá con el clásico golpe de manos. Vi cómo dormían mis hermanos; no quise molestarlos, sé que ellos no hubiesen querido esto, pero sé también que no hay otra forma, que dentro de muy poco todo cambiará. Las cosas siempre suelen cambiar y sé que así será. Busco una razón para sacarme todo, para que tengan sentido tantas horas y gritos .
Estoy sentado ya en la combi, siento que todos saben lo que yo, y lo hablan, pero murmurándolo, casi como si estuvieran rezando, ¡y yo quiero gritarlo! Lo que paso hace días me dolió y tú lo sabes, y no fue un dolor superficial, fue interno, y sé que me hizo daño, pero tu dirías “eso pasa”. Con la cabeza apoyada en la ventana me viene a la cabeza las calles con pistas con cráteres tan grandes como un camión de pollos de la parada, las paredes pintarrajeadas, ese regalo infaltable de papá que con toño, kike y Juan compartíamos, y sé que nos unió muchísimo, los gritos y más gritos… ¿Lo recuerdas? Lo siento debes estar harta de todo eso, lo sé.
Tengo que hacerlo y sé que ahora no estarás conforme con mi decisión pero es por el bien de todos. Quiero estar bien, y que los demás también. La vida nos golpeó mucho, pero poco a poco sé que supimos salir adelante. Eso me lo enseñó papá: todo es difícil. Siempre lo es. Pero mediocre es aquel que lo sabe y no lo enfrenta. La decisión está tomada y sigo en la bendita combi, y veo las caras de tantas personas y sé que todos sienten lo mismo. El ovalo Higuereta nos abre sus brazos, ingresamos a Benavides, y sigo pensando en esos edificios sucios, la esquina siempre llena de gente, el silbido de esa persona que conoces, el agua hirviendo, los pollos, el charco te barro, las grietas, el sonido de la reja entrecerrada, lo gris... siempre gris; Larco ya está por llegar y siento un retortijón en el estómago. Ya son las 10:18 y sé que nuevamente llegaré tarde, pero no me importa. Ya sé que te molesta que llegue tarde a trabajar.
Llegué y como si nadie se hubiese enterado, me mata la angustia, y el reloj avanza más lento que de costumbre. Me acordé que me dijiste que habías preparado alverjitas con bistec, y sabes que no me gusta, pero el hambre me mata. Creo que es la angustia. Seguiré trabajando. Espero que me comprendas mamá. Entiende que esto me hace bien.
Ya te veré mas tarde, cuando vuelva del estadio y sea campeón.
Omar
Omar
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